El campo de la comarca sigue trabajando a medio gas, en espera de que el otoño se defina y se consoliden las lluvias. Hay que tomar decisiones.
Luis Alonso, técnico de Bureba Ebro, destaca que por el momento las preferencias del agricultor pasan por reducir la superficie de trigo y aumentar la de cultivos menos exigentes, sobre todo de aquellos que permitan cumplir las exigencias de la PAC.
Entre ellos está el guisante para grano, que se sembrará después de los fríos, y de forma especial la avena, sobre todo con destino a grano.
La avena supone menos costes que otros cereales más asentados en la Bureba, como es el trigo, aunque prácticamente se había abandonado en las dos últimas décadas. Estos meses de octubre y noviembre son el periodo idóneo para la siembra de este cultivo, recuerda Alonso.
El socio va pidiendo semilla para sembrar el cereal, aunque a menor ritmo que otros años, y se piensa más el fertilizante. Pero el técnico está seguro de que se acabará abonando porque el agricultor es consciente de que la producción va ligada al abonado.
“La fórmula que seguimos recomendado es la tradicional de un abonado de fondo con la siembra y una o dos coberteras más adelante”, destaca.
En cuanto a otros cultivos, la colza de secano se ha sembrado, pero solo ha nacido en aquellas zonas en las que ha llovido, como la zona de Belorado o el Valle de Losa.
Sin embargo, por el momento no lo ha hecho en la Bureba, Miranda y el Valle de Tobalina.
La meteorología es la que tiene la palabra.